Cuatro generaciones, más de cien años ininterrumpidos dando al fuego todos los matices del arte. Este es el rédito del saber heredado y superado cada día por Pirotecnia Pablo.
Fue el bisabuelo Maximino Fernández «El Tarrabeño», quien allá por el ya lejano 1985 inició la saga. A Maximino le sucedió su hijo, Pablo Fernández, es saber fue creciendo; luego sus nietos José Manuel y Pablo darían una profunda y original transofrmación a la empresa familiar, hasta crear en 1992 un recinto industrial en el que se aunarían tradición y nuevas propuestas sumado a una explosión imaginativa sin precedentes.
La saga generacional se completa con el actual director técnico, José M. de la Villa.
Un pasado de conocimientos sabiamente transmitidos, dedicación, pasión, esfuerzo y amor por esta profesión han podido situar a Pirotecnia Pablo a la vanguardia de la pirotecnia actual, siendo líderes en espectáculos piromusicales.
Son claves una continua inversión en I+D+i, un conocimiento preciso de la técnica, de los materiales y de los componentes, sumado a una ilimitada imaginación creativa, a un dominio de la sincronización de efectos en tiempo y espacio, al disparo electrónico y a contar con un equipo humano especializado capaz de ofrecer el mejor espectáculo con la mayor seguridad.